Nos encantan las croquetas caseras de la abuela, el postre hecho a mano en casa y hasta las manualidades hechas por el más peque. Todo lo casero y manual tiene ese encanto, ese cierto aire romántico y nostálgico que le aporta un valor sentimental extra. Pero cuando hablamos de salud, los remedios caseros pueden traer consecuencias perjudiciales.
El fácil acceso a la información gracias a internet ha hecho proliferar los remedios caseros para curar o mejorar la salud. En relación a la salud bucal, los que más se buscan en la red son los relacionados con conseguir unos dientes más blancos. Uno de los remedios caseros más famosos consiste en cepillarse los dientes con bicarbonato de sodio y zumo de limón, que además de poco efectivo puede provocar erosión dental. La erosión dental, es el desgaste del esmalte por acción de productos ácidos, como puede ser el zumo de limón, bebidas carbonatadas o el vino. Con la erosión dental el esmalte se va disolviendo pudiendo desencadenar sensibilidad dental.
Como dice el dicho, los experimentos, mejor con gaseosa. Para evitar cualquier complicación en la boca, lo mejor es mantener una buena higiene diaria, y con una buena higiene no nos referimos solo al cepillado, sino también a la limpieza interdental mediante seda o cinta dental, cepillos interproximales o irrigadores dentales, y al uso del colutorio. Para tener unos dientes blancos, además de una buena higiene, es fundamental la prevención, es decir, evitar hábitos que pueden alterar el color de los dientes como el tabaco, el consumo excesivo de café, vino, té verde, etc.
Fuente: Blog Boca Vitis