Rara es la persona que no tiene alguna cicatriz o recuerdo de algún golpe que se dio cuando era un niño, y es que si sumamos las ganas de jugar y el poco miedo que se tiene a esa edad el resultado ya se sabe.
Además de las típicas cicatrices, también son muy propios de la edad los traumatismos dentales. Tanto es así, que suponen aproximadamente el 10% de las visitas a urgencias en pediatría.
Existen dos etapas donde los casos aumentan considerablemente: en niños de 2-3 años, ya que empiezan a desarrollar su capacidad motora y gozan de libertad de movimientos, y entre los 9 y 10 años, edad en la que suelen empezar a practicar deporte.
A la hora de tratar un traumatismo dental, hay que tener en cuenta diferentes aspectos. Uno de ellos es el tipo de dentición, ya que no es lo mismo tratar a un niño de 3 años que a uno de 10, puesto que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo dental. También hay que identificar el tipo de traumatismo:
- Fracturas, ya sean de raíz o de corona.
- Luxaciones, se da cuando el diente se desplaza hacia el interior o exterior de la encía.
- Avulsiones, sucede cuando el diente sale completamente de su alveolo.
En caso de que el diente sea temporal, el tratamiento tenderá a ser más conservador que si los dientes ya son los definitivos.
En caso de que suceda un traumatismo dental, no dudes en acudir lo más rápido posible al odontopediatra para que evalúe la situación y pueda aplicar el tratamiento más apropiado teniendo en cuenta el alcance de la fractura y el tipo de dentición.
